Con el reparto agrario y la culminación de este con la formación de las comunidades agrarias de nuestro pueblo surgieron Cortijo Nuevo que se quedó con las mejores tierra de la hacienda de Eduardo Laris Rubio y Emiliano Zapata, que quedò con lo que tradicionalmente fue la tierra de temporal de la hacienda y lo que en tiempos prehispánicos fueron los sitios de siembrra tradicional: los ecuaros.
La Manga había sido sitio de pastoreo y cría de ganado y el Toril, como es de suponerse, para encierro de este.

El toril, adyacente a la Manga, estaba situado cerca de lo que hoy llamamos "Pata del Diablo" y se llegaba a él desde los Jacales por un camino de herradura que pasaba por las actuales compuertas bordeando un poco la rivera de la ciénega y se dirigía en un ramal hacia el lado oriente de lo que conocemos como el ecuaro de José García y otro ramal, hacia la ciénega pasando y rodeando por el lado norte de lo que fue el ecuaro de don Juan García.
Pero el reparto agrario no dio tierra a todos y algunos de sus habitantes quedaron sin ella. Estos habintantes sin tierra debieron emigrar al reparto de otras haciendas e incluso, a estados tan lejanos como Tabasco y Yucatán, yéndose de forma definitiva de lo que un día fue su terruño, algunos, olvidando el arraigo a ella y otros, resistiéndose al olvido e intentando formar un pueblo que se las recordara para siempre estando en tierra extraña.

Se dieron circunstancias que determinaron esto.
Hubo gente resistente y oposicionista al reparto agrario en un inicio. Los que fueron personas allegadas al hacendado lo expresaron claro: preferían pedir limosna a recibir las tierras del patrón a pesar que Eduardo Laris insistía en que las tomaran pues de todas formas le serían expropiadas.
Se formaron así dos bandos: los que estaban de acuerdo con el reparto agrario y los que se oponían a este, lo cual condujo a que ante la falta de personas para formar el ejido que se llamaría Cortijo Nuevo, tuvieron que recurrir a gente que no era de nuestro pueblo, llegando, por ejemplo de Lagunillas,  la familia Villagómez.
Al final, los antiagraristas se agruparon e integraron la comunidad agraria de Emiliano Zapata quedando con las tierras de temporal, los ecuaros, el Toril, la Manga, lo de Marzo, lo de Humedad y las Palmas. Estos tres últimos parajes eran parte del territorio ganado a la desecación de la ciénega.

Antes del reparto agrario el territorio de la hacienda "el Cortijo" que había pertenecido a los Martínez y comprada a ellos por Esuardo Laris Rubio allá por 1919, abarcaba lo que hoy es Franco Reyes y parte de la sierra hacia el sur.

Franco Reyes era el Aserradero de la hacienda de la familia Laris y, aunque no era una hacienda próspera en recursos forestales, su aserradero se caracterizaba por la hechura de tejamanil, una especie de pequeñas tablas muy delgada y cortas empleada por aquel entonces en los techados o bien, en los recursos madereros de autoconsumo de la hacienda.

Al conformarse las dos comunidades agrarias, quedó gente sin tierra y algunos por vergüenza, según tradición oral recavada con Trino Juárez, se fueron a la sierra que había sido de la hacienda de nuestro pueblo y se perdió el rastro de ellos para siempre; otros, emigraron a Bellas Fuentes cuya hacienda sería repartida luego y se integrarían a ese ejido, tal es el caso de una rama de los García. Un grupo más decidió emigrar a Tabasco y de ahí el padre de los Espinoza de nuestro pueblo hacia Campeche, quedando Rita, su esposa e hijos en nuestra tierra.

Fuente
. Inspección ocular de vestigios de los caminos y tradición oral recabada de Gabriel García.
. Tradición oral de Trino Juárez.
. Tradición oral de Juan y Martín Espinoza recabada por José Luis García.
. Fuente oral de Gabriel García y Salvador García, recabada por José Luis García en su infancia.






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