LA LLORONA, UNA LEYENDA DE NUESTRO PUEBLO

Nuestro pueblo tiene mucho para contar y con toda seguridad escuchamos de niño algo que nos causaba temor; no porque fuera verdad, sino porque la existencia de la llorona era una creencia popular.

Se decía que se aparecía en el río; algunos afirmaban que al otro lado de la Taza rumbo al Pocito, y otros que sus apariciones eran ya casi llegando al pantano de don Aristeo Zamudio o en el puente, auque realmente era en cualquier lugar donde hubiera agua.

Otros decían que salía en los ceniceros donde la gente tiraba las cenizas del fogón generalmente localizados en lo más alejados de los terrenos de las casas de las orillas  del rancho.

Sus apariciones eran desde un poco después que obscurecía y lo hacía porque había matado a sus hijos; a unos, haciendolos pedazos y esos pedazos los había tirado en las cenizas, y a otros de sus pequeños, los había ahogado. 

Y arrepentida, intentaba hallarlos en esos lugares y desesperada gritaba con horribles lamentos: 
¡ay  mis hijos, donde estarán mis hijos!

El temor de los chiquillos no era solo verla vagando por el río con lamentos escalofriantes, sino que en su desesperación los confundía y les hacía lo  mismo que había hecho a los suyos: ahogarlos en el sus agua o desmembrarlos y tirarlos en los ceniceros de las orillas de nuestro pueblo.



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