LIMOSNEROS DE SANTOS

OFICIOS INTINERANTES

En el recuerdo colectivo de nuestro pueblo existen personajes que fueron característicos de ciertas épocas. Oficios ya desaparecidos que marcaron esos años y que vimos algunos de nosotros quedan en la memoria de los que vivimos nuestra niñez en eseos.

Limosneros de santos

A principios de los ochenta, al portillo de nuestras casas se acercaba un fuereño, alguien que no conocíamos; llegaba con un santo o una virgen adornados con múltiples estampitas y listones en una canasta y pedía limosna para ella.
Y nosotros, los niños de ese entonces, la contemplábamos con respeto y admiración y aprisa, corríamos por unas mazorcas con la seguridad que al hacerlo vendría para nosotros el bienestar y las bendiciones por nuestra acción o simplemente porque era costumbre hacerlo y nos hacía sentir bien.

Los limoneros de santos eran personajes de esos tiempo que, al igual que el que arreglaba tinas y cubetas o el que verdía petates o arreglaba sillas, fueron personajes que quedaron en la memoria y son ahora oficios perdidos y lo mismo daba para ellos recibir una moneda que unas mazorcas, porque para la virgen, todo era bueno. 

Dar agua al sediento
Los años que marcaron nuestro tiempo fueron distintos a los de ahora porque no existía temor al robo ante un extraño y la gente era distinta. 
A veces, el caminante extraño que pasaba por las calles de nuestro rancho se acercaba al portillo de nuestra casa y con gritos suaves llamaba para pedir agua; es que dar un vaso de agua o un taco al sediento era una costumbre natural de las orillas de nuestro rancho y no nos resultaba raro porque dar agua era algo completamente normal ¿Lo recuerdas? 

Compradores de crines
Los compradores de crines de caballos, burros o machos fueron característicos hasta los años 70.
Pasaban por las calles de las orillas gritando para  hacer notar su presencia y no faltaba quien sin dudarlo, trasquilaba la cola de su mula o la de su  yegua y dejaba sin crin su caballo para obtener algunas monedas que no caían mal a sus bolsillos escasos.
Ver pues caballos o machos pelones no raro, sino más bien,  algo cotidiano por el lado de la casa de Daniel Pineda, don Jacinto Arévalo, Carolina o Aristeo Zamudio.
Las reatas, cordeles y escobetilla de pelo de crin eran muy comunes y eran también muy resistentes.

Compradores de pelo
Los años sesenta fue época de moda y de muchachas que comenzaban a usar pantalones.
La nueva ola estaba a todo lo que daba y obvio, también llegó a nuestra tierra con pantalones acampanados y zapatos de charol y plataforma; los muchachos igual, disfrutaban de esa misma forma de vestir y pudimos ver a Quico Arreola que junto a Miguel y Cándido Pineda con anchos pantalones acampanados y zapatos de plataforma y charol yendo en bicicleta a otros lugares a ver las muchachas. 

Las mujeres usaban pelucas de colores distintos y un tipo de falda elegante muy estrecha en su parte de abajo que las hacia dar pasos cortos a la que llamaban "chemís". 
Un tipo de ropa elegante de los años 70 fue este corte que las muchachas del rancho llamaban chemís.
Bolsas de mano características de los años 70.


Surgió una especie de compradores ambulantes que, al igual que los compradores de crines de caballo, se hacían notar de la misma forma pero ellos compraban pelo de alguna mucha que quisiera vender su trenza, aunque tal vez esa venta se dió poco. Posiblemente la compra de trenzas ya estaba en decadencia para esos tiempos y sea más vieja que esos años.

Otros oficios
. Vendedores de sillas
. Vendedores de petates
. Compostura de cubetas y tinas
. Arreglo de sillas

Aboneros 
. Venta de ollas de barro, sra. de Tirindaro,
. Abonero en camioneta: don Miguel, de zacapu.
. Agustín Tapia, el puerquero de Naranja


Los años 70 marcaron una época con ideas nuevas respecto a la mujer que se crisalizarían en años posteriores. La idea de la nueva liberación en los ranchos se escuchaba en la radio haciendo alusión a las mujer que adquirían nuevos derechos o iniciaba el cambio de la forma de pensar respecto a ellas.

Para nosotros, ver a las mujeres votando es algo completamente normal pero en los años 70, para la gente de los pueblos de la región no lo era porque la mujer no podía todavía hacerlo y apenas empezaba a despertar sobre la idea de los mismos derechos que el hombre.
Surgieron así canciones chuscas que sonaban en la radio o los tocadiscos y que hacían las tardes de risa al escucharlas en la voz de una mujer cantándo:

«Hay qué chulos se verán
La nueva liberación
Los machos a la cocina
Y las hembras al vacilón»

Y hablando de canciones, vienen al recuerdo otras muy populares de esos años, cuando la radio y el tocadiscos estaban en auge y la televisión blanco y negro solo estaba en contadas casas de nuestro rancho y solo se transmitía en ella durante las las tardes.

" Mi papá me pegó ayer
Por culpa de la Charamusca..."

Otra más que era muy popular por ese entonces era la de Agustín

"Agustín bajaba bajaba a caballo
A ver a su prieta que estaba en Río bravo...”

" Ahí viene el Solitario
Ahí viene el solterón
Bajando por pa cierra 
Con un fuerte torzón..."

Por ese entonces, Lomas Jardín recién se había poblada y se dibujaba con pequeñas casitas de adobe y amplios y grandes lotes separados unos con otros con cercas de piedra y los portillo a la calle eran comunes al igual que los gallineros de piedra y techos de varas delgadas y ceniza.

Recién se había abierto la brecha de terracería con grandes máquinas que sustituía al camino viejo de abajo y los llanos más allá de la casa de Antonio Reyes, Charras, Juan Jerónimo y Salvador Zavala era de llanos inmensos por la parte de arriba y por la parte de abajo,el terreno Bernardino y la casa de Elpidia, dibujaban las orillas de nuestro pueblo por el lado del camino viejo.

Persistía la moda de pelo rizado que se peinaba no con peines comunes sino con peinetas y había quedado inamovible en Moisés Abriz quien había Sido representativo único de ese estilo de pelo en el rancho, igual que lo fue de los pantalones acampanados Kiko Arreola.







Comentarios

Entradas populares