Curiosidades del lugar

Es curioso que lo largo de todo el mundo se han encontrado rocas con una espiral tallada por la mano del hombre en su superficie, con las mismas características en todos los casos.

En cortijo Nuevo y la Colonia Emiliano Zapata esto no es la excepción por lo que podemos hablar de dos de ellas: Una de estas rocas, se encuentra en una antigua vereda ya no usada que iba de esta población a Comanja. Se encuentra a unos 30 metros antes de llegar a una cerca de piedra que separa el terrero de los Garcías con el comunal de la Colonia Emiliano Zapata. Esta vereda pasaba por la cruz actualmente de mármol y antaño de madera.

Otra piedra con la misma espiral se encuentra en un predio localizado cerca de la Alberca, como a unos 500 metros de esta, en frente y al noreste de la elevación llamada el Toril, unos 400 metros de esta. Este terreno pedregoso y lleno de matorrales,

hierba y arbustos es el límite entre el ejido de Emiliano Zapata y Cortijo Nuevo y se encuentra enfrente de una parcela de Los Díaz.

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Lo anterior hace supones que -por lo menos en el segundo caso- fue inscrita en tiempos mas antiguos que el poblamiento de los pueblos indígenas de la región pues son simbolismos muy primitivos. Tomando en cuenta que la Región de la Siénega de Zacapu era un lago que posteriormente se secó, puede hacernos pensar que cuando se inscribió esta espiral, la rivera de ese lago aun existía y seguramente estaba cerca, de otra forma, no podríamos explicar la existencia de ese símbolo tan primitivo.

Pero existen otras dos piedras igualmente o incluso mas curiosas que estas:

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En el camino que pasa por abajo de la elevación llamada el toril, al sur de la Alberca, existe una piedra llamada por los pobladores “la Pata del Diablo” donde podemos observar en su superficie superior la huella de un pie humano con un tamaño aproximado de un poco mas de dos veces el tamaño de un pie descalzo normal. A un lado de esta huella podemos ver la pata de una cabra y de un gallo; es decir, pareciera como si hubieran pisado en el lodo quedando las huellas impresas. Esta es la razón del nombre de ese páramo.

La otra roca se encuentra en un lugar conocido como la maguellera a unos 50 metros arriba y al sureste de unos viejos corrales de piedra, donde es posible observar una huella de caballo aproximadamente cuatro veces mayor a la de uno normal. Poca gente sabe de la existencia de esta.