FUNDACIÓN DE CORTIJO NUEVO Y LA PROPIEDAD DE SU TIERRA
Parte
I
FUNDACIÓN
DE NUESTRO PUEBLO Y LA PROPIEDAD DE SU TIERRA EN LA ÉPOCA COLONIAL
Podemos
afirmar con toda certeza y sin equivocación que nuestro pueblo, ya como parte
de la hacienda de Cortijo de San Juan de la Vega, fue fundado por Juan Sandoval Samaniego,
hijo del encomendero de la región tarasca de Comanja, la
región tarasca de la sierra y de la región tarasca de la laguna que perdió en
litigio con Vasco de Quiroga de nombre Juan Infante, que tuvo su
residencia en su hacienda en dos estancias (Actual Cortijo Viejo y Cortijo
Nuevo).
Cortijo
Nuevo aparece con la construcción de un molino accionado por agua en 1584
y 1585 al serle dadas dos mercedes de herido de trigo a Juan
Sandoval Samaniego por parte de la corona Española. Este molino fue la primera
construcción edificada del actual Cortijo Nuevo, y sus cimientos se
pueden ver hasta la actualidad en el bañito, el venero y el tubo.
Sin
embargo, si observamos detenidamente los cimientos de esta primera
construcción, veremos, que aparte de piedra perfectamente cincelada y
colocada con una mezcla de cal y cemento, hay segmentos de teja y tabique
en estos, lo que nos hace pensar que ya para antes de la fecha de fundación del
edificio del molino, existían construcciones muy viejas con techo de teja ya en
estado ruinoso, es decir, que cuando se lograron las mercedes para la
construcción del molino ya existían viejas edificaciones.
Foto de aproximadamente 1940 donde
se puede observar, al fondo, el molino de trigo construido por Juan Sandoval Samaniego, hijo de
Juan Infante en 1584, fecha de fundación de nuestro pueblo.
Esta edificación, como se ve en la presente foto, tenía dos pisos y una especie de sótano que estaba por abajo del nivel actual del piso. Actualmente se ven los cimientos y las columnas del tubo en la cimentación que queda de este edificio. El asoleadero tenía la función, como su nombre lo indica, de secado de trigo y su piso era inclinado y de ladrillo como se observa en la foto y en la actualidad cerca al Bañito. Se ven también los tableros de madera que ya estaban para ese entonces y que fueron quitados por 1970 y puesto uno de ellos en la Escuela "Plan de Ayala". Posteriormente se colocaron los de hierro, anteriores a los actuales. La arboleda de la Taza y el puente, en términos generales, no ha cambiado mucho. La foto es propiedad de Isela Díaz Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
La presente fotografía muestra la
plaza aún sin el Asta bandera que muchos de nosotros conocimos y que
se construyó un poco después de esta foto, ya cuando se había dado el
reparto agrario. Se ve en esta aquí a Efrén Vitela y atrás los árboles que
muchos de nosotros conocimos en los años 70 del siglo pasado. Es observable uno
de los tableros de madera y el borde inclinado del piso de tabique actualmente
está sepultado cerca de la caseta actual de bombeo de agua.
Para
1590, la familia Infante logró una merced más en
Chilchota donde hizo otro molino y expandió sus haciendas gracias a numerosas
mercedes de estancias y caballerías desde la
década de los 80 y 90, hacia los alrededores de la hacienda del Cortijo,
Tlazazalca y Peribán.
Los
miembros de esta familia acapararon terrenos colindantes a sus propiedades e
hicieron compraventa de ganado y esclavos entre ellos, por lo que en 1585 y en
1586 Juan de Sandoval Samaniego adquirió terrenos de Comanja y sus
alrededores. Francisca Infante Samaniego compró otros más
en 1585 y Mariana Infante Samaniego adquirió una
gran extensión perteneciente al pueblo indio de Tarejero.
Para
1631, la familia infante tenía dos haciendas: la del Cortijo de San
Juan de la Vega y la de Bellas Fuentes. Estas haciendas
pasaron a manos ajenas a la familia a finales de 1677.
En
1631 la Hacienda del Cortijo de San Juan de la Vega era de Juan de
Jaso Sandoval, nieto de Juan Infante e hijo de Pedro
Infante Samaniego y ya aparece la hacienda de Bellas Fuentes a un
lado de la del Cortijo de San Juan de la Vega y Francisco Infante
Samaniego como dueño de ella.
La
hacienda de Bellas fuentes se fundó pues, después de nuestro pueblo,
aunque a la postre, esta fue más importante que la del Cortijo de San
Juan de la Vega que continuó en Cortijo Nuevo que fue, desde 1584 parte de la
hacienda de San Juan de la Vega cuando se edificó el molino. De ahí el nombre
de el Molino y luego, hacienda del Molino del cortijo o
simplemente, hacienda del Cortijo.
La presente foto nos da una idea de cómo era la calle que estaba situada entre el molino de trigo y el antiguo templo que se orientaba de sur a norte. Vemos el edificio del molino a la izquierda y a la derecha parte del templo mencionado. A la izquierda y con la bandera, el señor Refugio Reyes. Al lado contrario, el señor José María Zavala y detrás de él un poste con un transformador. El estado del edificio del molino de trigo, en ese entonces, tenía el aspecto de la casa vieja que actualmente sirve de casa ejidal de Emiliano Zapata por lo que podemos deducir que ambas edificaciones fueron construidas por la misma fecha.
La foto es propiedad de Isela Díaz
Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
No
se sabe cómo la hacienda del Cortijo pasó a ser propiedad de Juan de
Jaso Sandoval ni como Francisco Infante Samaniego formó
la hacienda independiente de Bellas Fuentes.
La
hacienda del Cortijo no solo existió hasta principios de 1800 como mencionan
los historiadores, sino que esta pasó a estar en vez del Cortijo Viejo,
en Cortijo Nuevo que al final de cuentas, era la misma
hacienda.
Antes
de la fundación del molino de trigo en 1584 por Juan Sandoval Samaniego,
la tierra donde está nuestro pueblo pertenecía al pueblo indio de Comanja al
igual que el agua blanca. La Agua Blanca, siempre fue un
lugar muy importante para ese pueblo desde tiempos prehispánicos, pues era,
desde entonces, fuente de abastecimiento tanto de uso humano como
posteriormente, de sus animales.
La
encomienda de Juan infante dejó de pertenecer a su
descendencia en la tercera generación, pues así se estipulaba por la
corona española. De tal suerte, que la última encomendera fue su nieta, de
nombre Francisca Infante, hija de Juan Infante
Samaniego que a su vez, fue hijo mayor del encomendero y
administró los bienes heredados en forma de mayorazgo, debiendo
repartir las ganancias en partes iguales con sus hermanos a la muerte del padre
de ellos en 1574.
Se
sabe que todos ellos continuaron viviendo en la hacienda en casas diferentes
(Hasta actualmente desconocemos donde estuvieron las casas de estos)
Posterior
a esto, la hacienda se arrendó y pasó a manos de los indígenas de Nahuatzen por
un lapso de 67 años, desde 1677 hasta pasar a manos del hacendado de Bellas
Fuentes de nombre Carriedo en 1744.
Es importante
hacer notar que la tierra de nuestro pueblo de la actualidad no toda perteneció
a los hacendados, pues desde que se entregaron las encomiendas, los
pueblos cabecera - en nuestro caso, Comanja -conservaron
sus propias tierras de origen comunal o que pertenecían a los indios
principales llamados también por los españoles caciques o mandones.
Así se encontraba la calle real por los
años 40 más o menos. Esta fotografía está tomada a nivel aproximado de la
clínica actual con vista hacia el campo de fútbol de ahora. Parece
ser que era época de de lluvias al juzgar por los charcos del piso o bien,
corresponde al tepetate de la calle que había aquí. La foto es propiedad de Isela Díaz
Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Los
Infante Samaniego extendieron
su dominio en parte, logrando mercedes de la corona por un lado y por otro,
despojando a los pueblos indios de sus tierras y comprando otras.
Parece ser que el agua Blanca siempre perteneció a Comanja y fue regresada posteriormente a este pueblo con la ley de restitución, cuando a todos los pueblos despojados, siempre y cuando comprobaran este despojo, se les regresó lo que les había sido robado (ley de amortización).
Parece ser que el agua Blanca siempre perteneció a Comanja y fue regresada posteriormente a este pueblo con la ley de restitución, cuando a todos los pueblos despojados, siempre y cuando comprobaran este despojo, se les regresó lo que les había sido robado (ley de amortización).
El agua blanca, tuvo uno de los manantiales más importantes de la región de Comanja y junto con los del Cortijo Nuevo actual, formaban un río relativamente caudaloso que alimentaba las aguas del antiguo lago de Zacapu y las de la ciénaga. Este caudal era tan importante, que se hizo un gran dique para regularlo y aun podemos ver sus paredes y un pequeño chorro que nace en la caseta de bombeo que surte el agua a las Mesas cercano a lo que fue la huerta de Leonardo Zavala. Este río fue desviado en forma de vallado ya para 1597 más o menos.
La
palabra calicanto es una contracción de las palabras cal y canto (piedra)
empleadas muy comúnmente en la época virreinal cuando las construcciones
generalmente eran de adobe.
Para contener y controlar este caudal, se hicieron otras compuertas por los Jacales, que podemos ver desde el camino que comunicaba hasta hace poco a nuestro pueblo con el Cortijo Viejo, Bellas Fuentes y Tarejero y que, al parecer, son mucho más recientes que el dique del Calicanto.
Lo
jacales era un poblado relativamente grande hasta finales del porfiriato y sus
pobladores se desplazaban hasta la hacienda de nuestro pueblo. Algunas familias
de este lugar terminaron viviendo en el actual Cortijo Nuevo, como es el caso
de los García y los Juárez.
El camino real era, en tiempos de la colonia, el
límite de la hacienda de San Juan de la Vega que estaba al norte de este y las
tierras de los pueblos indios de Comanja y Tiríndaro al sur. Al oriente del lado sur, Comanja y al poniente del lado sur, Tiríndaro.
Las
tierras del lado sur del camino real eran parte de Comanja en
su porción oriental en tiempos coloniales hasta finales del
porfiriato. Con el tiempo, la parte comprendida entre el
camino real de nuestro pueblo y la parte del cerro propiedad de los Díaz
perteneció a la hacienda que lo adquirió a Comanja.
Actualmente
esta parte mencionada está poblada por la comunidad agraria de Cortijo Nuevo y
tiene las parcelas hasta el camino, pasando por el Aserradero. Al sur de este
territorio del Cortijo y ya colindante con los terrenos de los Díaz, está la
otra parte de la hacienda que colindaba con el territorio de Comanja y
actualmente es propiedad de la comunidad agraria de Emiliano
Zapata.
Por
otro lado, también en terreno que pertenece a Emiliano zapata hasta la
propiedad de la familia Romero colindando con Carátacua fue
parte de la hacienda hasta la barranca del Fraile y la barranca
del Puchote que fue comprado por esta a Tiríndaro.
Al
otro lado de estas barrancas y los terrenos de los Romero y las compras,
siguieron perteneciendo a Tiríndaro hasta la venta de las compras por este
a personas de nuestro pueblo.
En esta foto se puede observar cómo era
la calle real por 1940. Vemos un desfile de esa época y al fondo se
observa la edificación donde se guardaban los granos y estaba la tienda de
raya de la hacienda. Al frente del desfile se ve a Ubaldo Díaz, Pedro Reynoso
con la bandera y Benigno Arreola a la derecha. El gran fresno que
estaba enfrente del actual molino de nixtamal de don Pedro Arévalo
también es visible. El desfile se dirige en ese momento
doblando hacia la calle que está entre la paletería actual y la"
Escuela Josefa Ortiz de Domínguez" que eran aún lotes no
edificados. Una cruz de madera estaba en la calle, detrás del
galerón de guarda de trigo que luego fue el conocido cine de Lino. La foto es propiedad de Isela Díaz
Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Parte II
LA PROPIEDAD DE LA TIERRA DE NUESTRO
PUEBLO EN SU ÉPOCA ACTUAL
Nuestro
pueblo tiene dos comunidades agrarias que se establecieron el primero de mayo
de 1938, fecha en que se dan las dotaciones de tierra a la vez a todos los
ejidos del municipio por indicaciones de Lázaro Cárdenas. Sin embargo, los
títulos de propiedad se entregaron hasta 1946 con Manuel Ávila Camacho.
La
comunidad agraria de Cortijo Nuevo, se quedó con las fértiles tierras que la
hacienda había ganado con la desecación de la ciénega que realizaron los
Noriega. Los Noriega fueron los fundadores de la productiva hacienda de
Cantabria y la desecación de la ciénega, fue planeada con el fin de secar los
terrenos pantanosos de esta, con el pretexto de terminar con la
insalubridad que representaba para los pueblos vecinos a ella y darle un uso
agrario en beneficio de las haciendas de la región. Estas tierras son
las más productivas por el origen sedimentario de sus suelos ricos en
material orgánico.
Cuando
se definió que las tierras de las haciendas serían convertidas en
comunidades ejidales o agrarias, era necesario reunir cierto número de personas
para ello. Por un lado, estaban las personas allegadas a los Laris,
últimos hacendados del lugar, quienes se oponían al reparto y por
otro, estaba el bando contrario quienes hasta cierto punto, estaban en el lado
opuesto de la hacienda y de acuerdo en la repartición de las tierras.
Los
de Emiliano Zapata pensaban que era preferible pedir limosna a despojar a su
patrón como se lo hacían saber y lo comentaban. Esta renuencia, ocasionó que no
se completaran las personas requeridas, por lo que Cortijo Nuevo Tuvo que
buscar gente de otros lugares. Esto, también ocasionó que los allegados al
hacendado, al final, se quedaran con las tierras de temporal y que
tradicionalmente habían pertenecido a la hacienda desde tiempos coloniales
hasta antes de la desecación realizada por los Noriega que fundaron la
productiva hacienda de Cantabria. Zapata se quedó también con los lugares de
cultivo prehispánico llamados ecuaros o ecuarantarun que traducido, quiere
decir, potrerillo de siembra y de los cuales se hablará en un artículo
especial.
Cortijo
Nuevo trajo gente de otros lugares a su comunidad agraria. Entre esa gente, al
parecer y salvo corrección, se encuentra la familia Villagómez, originarios de
Lagunillas.
Los
García por ejemplo, eran allegados a los hacendados y su renuencia ocasionó que
una parte de esta familia, al no alcanzar ya las tierras repartidas, debieron
emigrar a Bellas Fuentes donde aún estaba en reparto la tierra de esa hacienda
(Juana García), mientras que los no renuentes, unos se integraron a Cortijo
Nuevo (Sabino y Donaciano) y los renuentes a Emiliano Zapata (Gabriel y José,
su hermano).
Sabino,
Donaciano, Gabriel, José, Juana y Fidencio, todos de apellido García, eran
primos hermanos.
El
último hacendado de la Hacienda del Cortijo fue Eduardo Laris y de Bellas
Fuentes, la familia Ramírez de Morelia. Eduardo Laris también tenía su
residencia en esta ciudad.
Así
Lucía la calle por donde viven los actuales García por el año de 1940. En
esta fotografía se ve a Leobardo Jiménez, Porfirio Jerónimo, José María Zavala,
Leonardo Zavala y Gabriel Ambriz. Esta toma fotográfica se hizo en la calle
donde actualmente viven los García y se puede observar, al fondo, la casa
de María Díaz propiedad actual de Luis Córdoba. La foto es propiedad de Isela Díaz
Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Los
Díaz por el contrario, fueron opositores a la hacienda. Ubaldo Díaz logró
los terrenos donde actualmente vive Rafael y Cristóbal Díaz y compró además, el
terreno de la casa de correo que fungió como tienda de abarrotes, paletería y
esporádicamente, carnicería. Esta compra, la hizo a un particular de Tiríndaro
de nombre Nieves Solís.
Los
Arévalo quedaron habitando el edificio de la hacienda que fue el lugar de
almacenamiento de grano y tuvo la tienda de raya con su puerta de venta hacia a
la calle real. La calle real que no pertenecía a la hacienda durante la etapa
colonial.
La
tienda de raya estuvo cerrada desde el fin del régimen de las haciendas hasta
mediados de los 70s del siglo pasado en que se volvió a abrir.
En
el caso de los Arévalo por ejemplo, Jacinto de alguna forma se hizo del terreno
de lo que fue el potrero de la hacienda y don Pedro, fue dueño de una de las
compras que se adquirieron a un particular de Tiríndaro, al parecer de apellido
Mújica.
Parece
ser que Refugio Díaz, bisabuelo y tatarabuelo de los actuales Díaz, compró el
Agua Blanca a propietarios de Comanja desde antes de la conformación de las
comunidades agrarias y actualmente pertenece a los Díaz Córdova.
Refugios Díaz, de alguna forma, se
convierte en dueño de El agua Blanca y de los terrenos actuales del cerro de la
loma pertenecientes a los Córdova Díaz y de los Díaz Actuales.
REFUGIO DÍAZ Y SU DESCENDENCIA
LOS
ACTUALES DÍAZ
El
dueño original del Agua Blanca después de Comanja, tuvo por nombre Refugio
Díaz, que fue padre de dos hijos y una hija: Marcelino, Cristóbal y Cleotilde
Díaz Espinoza.
Marcelino Díaz Espinoza, tuvo una hija de nombre María que casó con Cirilo Córdoba, pasando así el agua Blanca y la tierra de Don refugio de la loma a los Córdova actuales dueños de la mitad de esta y el agua blanca.
Marcelino Díaz Espinoza, tuvo una hija de nombre María que casó con Cirilo Córdoba, pasando así el agua Blanca y la tierra de Don refugio de la loma a los Córdova actuales dueños de la mitad de esta y el agua blanca.
Cristóbal Díaz Espinoza tuvo un hijo de nombre Ubaldo Díaz Córdova y una hija de nombre Guadalupe Díaz Córdoba. Esta última, casó con Sabino García por lo que pasa a manos de los García una pequeña parte del terreno de don Refugio que pertenece a los García actuales. En este lugar en el que por los años 70 y hasta los 80s del siglo XIX pasaba una vereda, existe un petroglifo donde se dibuja un caracol y que corresponde a los pueblos más primitivos de todas las civilizaciones. Doña Lupe Díaz, hermana de don Ubaldo, tuvo un molino de Nixtamal por el lado de la calle de la escuela Josefa Ortiz de Domínguez hasta mediados de los 80s.
Refugio
Díaz fue el Tatarabuelo común de los actuales Díaz, de los Córdoba Díaz por línea
materna y de los García de Sabino también por vía materna.
UBALDO DÍAZ CÓRDOBA
Esta fotografía es de Isela Díaz Trujillo.
El
hecho de hacer mención de él radica en que, de una forma u otra, influyó en la
historia de nuestro pueblo. Es innegable la contribución que hizo durante su
vida, al igual que muchas otras personas y que, por desgracia, aún no contamos
con datos de ellas. Hoy se recordará y conocerá sobre esta persona en el
presente artículo, hasta cierto punto biográfico.
Fue
hijo de Cristóbal Díaz Espinoza quien murió cuando Ubaldo tenía 11 años de
edad, por lo que queda al cuidado de su tío Marcelino Díaz.
No
aprendió a leer pues solo algunos allegados a los hacendados o hijos de
caporales podían ir a la escuela y ellos eran contrarios al régimen de estos.
Se
casó con Enedina Farías, hija de José Guadalupe Farías que era caporal de la
hacienda. Como ya se mencionó, al ser hija de un caporal, ella sabía leer y lo
instruyó en el conocimiento de la lectura y la escritura. Fue presidente municipal
de Coeneo en 1952 a 1953 siendo sucedido por Heladio Valencia Ortiz.
En esta foto, se ve Benigno Arreola,
Pedro Reynoso, Ubaldo Díaz, Lorenzo Juárez y Wenceslao Arroyo. Esta foto se
tomó en la plaza. Benigno Arreola fue el zapatero del lugar hasta su muerte. La
foto es propiedad de Isela Díaz Trujillo y la original pertenece a la señora
Enedina Díaz Farías.
Gabino
Villagómez Acosta,
padre de los Villagómez actuales e hijos también de doña Margarita
fue, en 1956, otro de los presidentes municipales de nuestro pueblo y también
duró solamente un año en la presidencia de nuestro municipio.
Ubaldo
estuvo a cargo del correo del lugar hasta mediados de la década de 1980 y se
ubicaba en la casa que fue antes que correo, tienda de abarrotes, paletería y esporádicamente carnicería por 1950. El terreno de esta casa de correo, fue
adquirido por él a particular de Tiríndaro de nombre Nieves Solís,
y del reparto agrario, se quedó con el terreno donde actualmente vive Rafael
y Cristóbal Díaz.
Toma fotográfica de principio
o mediados de 1940. La casa de adobe del lado izquierdo corresponde al
lugar actual de la casa de Rafael Díaz y en el lado derecho se ve
parte de donde estuvo el antiguo correo. La calle entre el correo y la
casa de Rafael Díaz actualmente recibe el nombre del Quelite. Esta antigua
fotografía muestra a Ubaldo Díaz, Pedro Reynoso, Benigno Arreola, Lorenzo
Juárez y Wenceslao Arroyo. La foto es propiedad de Isela Díaz Trujillo y las
originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Compró
parte del cerro de la Loma a particular de Comanja de Nombre Adrian
Saavedra, el que en la época actual pertenece a Rafael Díaz e Ignacio
del mismo apellido. Esta propiedad comprende desde la tierra de la comunidad
agraria de Emiliano Zapata hasta la Sierrita y territorio de
Comanja.
Tuvo
una hermana de nombre Guadalupe Díaz que casó con Sabino
García, siendo madre de los García de sabino y dueños de los camiones de
transporte. Fue dueña, al igual que él, de un molino de Nixtamal.
Ubaldo
Díaz Córdova fue
padre de tres hijos varones y 4 hijas que en orden de edad fueron: Delfina,
Rosario, Cristóbal, Modesta, Raquel, Ubaldo, Rafael y Enedina.
Antes
de 1939, tuvo un molino de nixtamal que trabajaba con gasolina y se ubicaba en
una troje de madera que se hallaba entre las casas actuales de Ignacio
Díaz y Feliciano Ambriz. Posteriormente lo ubicó en
el antiguo machero (o pajero) que se encontraba en lo que actualmente es el
templo, a un lado del antiguo que databa de tiempos de la hacienda.
Posteriormente lo cambió a donde fue la primera edificación en tiempos de Juan
Sandoval Samaniego y donde se fundó el molino de trigo de la Hacienda
de Cortijo de san Juan de la Vega.
Fotos del molino de Nixtamal conocido
como de doña Enedina. Fotos propiedad de Patricia Alonso Díaz.
Se
cambia nuevamente por inconformidad de la comunidad agraria de Emiliano
Zapata y se establece entre la actual edificación de Rafael Díaz y
Cristóbal como sociedad de cinco personas: Ubaldo Díaz, Nicanor Flores, Silvano
Juárez, Norberta Chávez y Sabino García, quedando al final como socios
solamente Ubaldo Díaz y Norberta Chávez.
Esta
última ubicación se hizo en una edificación muy parecida a la caseta de
bombeo más antigua del lugar que está hecha de tabique situada
cerca de la casa de Manuel Zavala. En la actualidad, aquel molino que fue
conocido como molino de Doña Enedina y que era atendido por su hija Rosario
Díaz, madre de la familia Alonso Díaz, persiste teniendo como dueño único a
Alfredo Alonso Chávez, esposo de Rosario y padre de la familia Alonso
Díaz.
Además
de los molinos señalados y a la par del molino de Doña Enedina, hubo y se
encuentra hasta la actualidad, otro igualmente importante conocido como el Molino
de Don Pedro y perteneciente a la familia Arévalo.
Antes
de la fundación de nuestro pueblo con el establecimiento del molino de
trigo de la Hacienda Cortijo de San Juan de la Vega en 1584, nuestro
rancho era, como se ha dicho, terreno del pueblo indio de Comanja y eran los
dueños ancestrales de las aguas de nuestra taza y el venero, al igual que el
agua Blanca.
Al
ser dado como merced a Juan de Jaso Sandoval, de
inmediato se establece el molino de la hacienda referida. La merced comprendía
hasta lado norte del camino real, y con el tiempo se hizo la edificación
donde actualmente vive la familia Arévalo. Una barda de adobe que llegaba hasta
la casa actual de José María Zavala, enfrente de la esquina de Gildardo Villagómez,
separaba la tierra del hijo del encomendero y el territorio de Comanja. Los
caminos coloniales pues, pasaban entre los límites de las propiedades españolas
y de los territorios de los pueblos indios, de tal suerte que hasta muy entrada
la época virreinal, los terrenos de nuestro rancho del lado sur de la actual
calle principal eran del del territorio de Comanja y de Tiríndaro.
Parte
de estos terrenos colindantes fueron adquiridos por la hacienda por medio de
compras o por despojo a los pueblos mencionados. Algunos terrenos, con el
tiempo, quedaron en manos de particulares de estos dos pueblos, tanto de
Tiríndaro como de Comanja.
Hacia
finales del porfiriato, Comanja colindaba con nuestro pueblo y se había
establecido un caserío al lado sur de la calle principal independiente de la
hacienda o bien, tal vez era parte de un pequeño asentamiento ya
existente antes de que el hijo de Juan Infante lograra la
merced en 1584 y que precedió a la construcción del molino de trigo de la Hacienda
de Cortijo de San Juan de la Vega, como ya se llamaba por ese
entonces.
En
la actualidad lo que era de Tiríndaro corresponde a los terrenos del lado
del antiguo correo hacia el poniente (Antiguo correo, José Acosta, Chucha, los
Romero, los Alonso, los González, parte de los García, Los Chávez, Los Solís,
Los Villagómez, los Reynoso y lo de Acosta y los Yauger). Parece ser que,
algunos de estos terrenos, fueron comprados por la hacienda y otros
quedaron a manos de particulares de Tirídaro que fueron vendidos ya después del
reparto agrario.
El
lado oriental de la actual calle del Quelite, que a principios de la colonia
había sido de Comanja, pertenecían a la hacienda y fue lo que se dio en el
reparto agrario. Pareciera que en los primeros años de la encomienda, esta
calle era el límite original entre Comanja y Tiríndaro y que los linderos
fueron cambiando de forma gradual de generación en generación, pasando por
dueños diferentes.
Mucho
antes del reparto agrario, los terrenos de la loma pertenecientes actualmente a
los Díaz, los Córdova Díaz y a los García de Sabino, habían pasado de
propietarios de Comanja a manos de Refugio Díaz.
Con
la muerte de Refugio, estas tierras pasan a manos de sus descendientes: por un
lado, Guadalupe Díaz al casarse con Sabino, hace
que su terreno quede a manos de los García y por otro, al casarse María
Díaz prima hermana de Ubaldo Díaz Córdova Con Cirilo Córdova pasan
sus terrenos a manos de los Córdova (incluyendo el agua Blanca) quedando así
estructurada la posesión actual de las tierras.
Así
pues, la calle el Quelite por el lado donde actualmente se encuentra la casa de
Rafael Díaz era de la hacienda, y comprendía todos los terrenos de ese lado
hasta gran parte del malpaís.
Con
el reparto agrario, los García se quedaron con los terrenos de la
hacienda colindante con lo que había pertenecido a Refugio
Díaz que había pasado a manos de Guadalupe Díaz. Los Córdova
con el reparto agrario se quedaron con terreno de la hacienda colindante con lo
que habían heredado, que había pertenecido también a Refugio Díaz y que había
pasado a sus manos por doña María.
Gabino Villagómez, padre de la actual familia Villagómez, hijos también de doña Margarita, fue
uno de los dos presidentes municipales que ha aportado nuestro pueblo al
municipio de Coeneo. El otro, fue el señor Ubaldo Díaz Córdova, dueño del antiguos correo y padre de la
familia Díaz actual, hijos de doña Enedina Farías quien fue hija de José Guadalupe Farías,
caporal de la hacienda del Cortijo, como se le llamaba ya a finales del
porfiriato.
Foto tomada del
libro Coeneo de la Libertad en la Historia de México de Javier Valerio,
cronista del municipio.
LAS COMPRAS
En
relación a lado poniente, los terrenos de la hacienda comprendían desde
el camino real hacia el lado norte de este. Este camino mencionado y
conocido por todos, además de ser una ruta de comunicación desde un poco
después de la llegada de los Infante a nuestra región, era también el límite
que dividía por un lado, a nuestro pueblo, con el territorio de Comanja en
su parte oriente, y con el territorio de Tiríndaro por
su parte poniente.
Foto
de aproximadamente 1940. La fotografía corresponde al pase del
desfile bajando por la calle el Quelite al pasar frente a la casa de la
señora Delfina Díaz. Vemos en ella a Pedro Arévalo, Benjamín Banda, Leobardo
Jiménez y encarnación Flores. A la derecha y con camisa blanca, don Pedro
Arévalo, quien fue propietario de una de las compras y que en la actualidad
pertenece a sus descendientes.
Benjamín Banda, por aquel entonces, fue el único albañil con que contaba nuestro pueblo y el constructor del asta bandera que se hizo por esta misma época. Fue también quien construyó el templo actual de nuestro pueblo que un día fue lugar de residencia de los descendientes del encomendero español quien se quedó con la gran encomienda de la región tarasca después de la conquista del imperio tarasco y que llevó por nombre Juan Infante. La foto es propiedad de Isela Díaz Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Benjamín Banda, por aquel entonces, fue el único albañil con que contaba nuestro pueblo y el constructor del asta bandera que se hizo por esta misma época. Fue también quien construyó el templo actual de nuestro pueblo que un día fue lugar de residencia de los descendientes del encomendero español quien se quedó con la gran encomienda de la región tarasca después de la conquista del imperio tarasco y que llevó por nombre Juan Infante. La foto es propiedad de Isela Díaz Trujillo y las originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías.
Así
pues, las tierras al lado sur de este camino en su porción poniente era
propiedad del pueblo indio de Tiríndaro y ya para el reparto agrario más o
menos, fue vendido por su propietario de Tiríndaro de apellido Mujica a
los que serían los padres de los actuales dueños de las compras y de lo que se
llama Porónguaro en la actualidad. El territorio de este pueblo llegaba hasta
la barranca del Fraile, por lo que las compras, el Puchote y
los terrenos de los Romero, así como de los Yauger, era
territorio de Tiríndaro, salvo algunas correcciones con nuevos datos.
Las
compras eran terrenos colindantes del pueblo de Tiríndaro con la hacienda desde
la época virreinal. Los primeros poseedores que compraron a un particular del
pueblo mencionado fueron: Félix Ambriz, Juan García, José María Zavala,
Bernardo Jiménez (padre del padre Miguel) Leonardo Lagunas, y
Donaciano García. Por el momento, desconozco lo relacionado a la compra de
don Pedro Arévalo y esta información tal vez cambie con la luz
de nuevos datos.
Posiblemente,
el camino que menciono, fue realizado años después de la llegada del primer
virrey de la nueva España por 1540, quien ordenó la
construcción de caminos que comunicaran a los pueblos de naturales entre sí y
con los asentamientos españoles. El primer virrey de nombre Antonio de Mendoza,
fue nombrado como tal en 1538, sin embargo, llega a la Nueva España hasta 1540,
cuando esta era azotada por una gran sequía y un año después, para 1541 a
1542, por una epidemia que fue llamada matlazahuatl y
que diezmó a gran parte de la población autóctona.
AGRADECIMIENTO
Mi agradecimiento especial a Isela Díaz
Trujillo por la ayuda e interés para la realización de este artículo y
recolección de datos, así como a su señor padre, Rafael Díaz Farías.
Estoy seguro que sin su ayuda y apoyo, no se hubiera podido encontrar
información fundamental vertida aquí. Los créditos de la fotografía del
molino pertenecen a Patricia Alonso Díaz y las del Sr. Ubaldo, de
Isela Díaz Trujillo.
Las fotografías antiguas son de Isela Díaz Trujillo y los originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías que accedió con gusto a su aporte y publicación. Mis infinitas gracias a Ud. Sra. Enedina Díaz Farías por el tesoro aportado para esta publicación que quedará por siempre aquí.
Las fotografías antiguas son de Isela Díaz Trujillo y los originales pertenecen a la señora Enedina Díaz Farías que accedió con gusto a su aporte y publicación. Mis infinitas gracias a Ud. Sra. Enedina Díaz Farías por el tesoro aportado para esta publicación que quedará por siempre aquí.
Mil disculpas por errores involuntarios que de pronto puedan aparecer en el presente trabajo, seguro que se irán corrigiendo en caso de nuevos datos.
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