CORTIJO NUEVO, SU GENTE EN EL RÉGIMEN DE LAS HACIENDAS.

Sabemos ya que nuestro pueblo se fundó en 1584 por Juan Sandoval Samaniego, hijo de Juan Infante en territorio que era del pueblo indigena de Comanja, en los límites del lado sureste de las estancias de este encomendero.

Parte 1

CORTIJO NUEVO, SU GENTE A FINALES DEL RÉGIMEN DE LAS HACIENDAS

La propiedad de la hacienda formada por este, en lo referente a la de San Juan de la Vega que cambió de residencia de Cortijo Viejo a Cortijo Nuevo a finales de los 1700, fue pasando de forma gradual a manos ajenas a la familia del encomendero y su posesión pasó a ser propiedad del hospital de Nahuatzen y luego, parte de la hacienda de Bellas Fuentes al haber sido ganada por litigio la posesión de esta por el hacendado Carriedo.
Para finales del porfiriato, la hacienda estaba en manos de la familia Laris, hasta cierto punto, con ideas progresistas, por lo que el paso del régimen de haciendas al régimen político de posesión de la tierra en comunidades agrarias se dio de forma pacífica.
El hallazgo de datos ha sido escaso pero no imposible en relación a los trabajadores de la hacienda del Cortijo, como se le llamaba ya por este entonces en tiempos de los Laris a la hacienda de nuestro actual Cortijo Nuevo.

El edificio que actualmente llamamos casa vieja fue el edificio más suntuosos de la Hacienda del Cortijo desde el momento de su fundación y el edificio de descanso de la familia Laris donde pasaba cortos periodos en nuestro pueblo y el resto del tiempo residía en la ciudad de Morelia. La casa vieja tenía, hasta los años 90, en el empedrado que estaba formada de vertebras apenas se entraba a el por un gran portón de madera el año 1904. Sabemos que esa fecha no corresponde a su fundación pues el edificio data desde la fundación de nuestro pueblo después del molino y la taza, de hecho, su estilo arquitectónico es exactamente el mismo que el del molino mencionado, como se puede observar en las fotografías de este aunque, seguramente, con el pasó de los siglos se fue modificando de forma gradual.

Era obvio que cerca de estas edificaciones debían estar los administradores y capataces de la hacienda y así fue el caso del ascendiente de la familia Zavala que tenía su casa inmediatamente debajo de esta, es decir, en lo que en la actualidad corresponde al terreno pegado a la casa de Juan Zavala.
Los datos sobre los capataces , caporales o la servidumbre de la hacienda es escaso o casi nulos, como ya se dijo más arriba, sin embargo, en el caso del capataz se han recabado algunos datos de forma oral de los descendientes de este ( investigación de Nitto Navarrete )
Por testimonio oral se sabe que la haciendo del Cortijo, como se le llamaba a la hacienda de nuestro pueblo en tiempo de los Laris, tenía tres capataces: José María Zavala, Daniel del cual no tenemos más datos que su nombre y uno más, del que ignoramos todo.

Los testimonios orales en relación al comportamiento de los hacendados y sus capataces es contradictorio, pues mientras por un lado se menciona abuso de estos hacia los peones, otras versiones señalan a los Laris como buenas personas.

Se sabe que para la época de los Laris no había encargado del orden y todo estaba en armonía, bastante respeto entre unos y otros. Si alguno o algunos alteraba la paz y armonía del lugar intervenía la ronda. Esta, estaba integrada por tres o mas personas de mucho respeto puestas por los señores de la hacienda con el fin de resguardar el orden.  Uno de ellos daba la hora por las noches haciendo sonar un cuerno. (testimonio oral recogido por Nitto Navarrete)

Es innegable el abuso que se ejerció hacia los peones de forma directa o indirecta desde tiempos coloniales. Cuando el capataz quería saber quien había robado algo de sus propiedades ordenaba al cura de su capilla hiciera fiesta y pedía que confesara a su servidumbre y sus peones. En la confesión el religioso se daba cuenta quien había hecho el hurto y este se encargaba de informar al capataz o al hacendado. Por la noche se llegaba a la casa del peón y no se volvía a saber más de él en muchos casos. Cabe hacer la aclaración que desde el punto de vista religioso, nuestro pueblo, desde tiempos coloniales, dependía de Comanja primero, y luego de Tiríndaro, por lo que suponemos que los curas mencionados, eran llevados por los hacendados a oficiar en su capilla. (Testimonio oral personal recabado por familia materna). Por otro lado, aunque no se tiene la certeza en relación a los Laris, era frecuente el abuso de los hacendados hacia las mujeres que se encargaban de las labores domésticas de la hacienda en servicio del patrón: si una joven les gustaba, pedían al peón, padre de esta, les permitiera laborar en los quehaceres de la casa grande para de esta forma, abusar de ellas hasta que se enfadaban y eran sustituidas por una nueva joven hija de algún otro trabajador. (Testimonio oral recabado por Isela Díaz Trujillo)

Eduardo Laris Rubio fue el Último hacendado del actual Cortijo Nuevo llamada Hacienda del Cortijo. Su padre fue el notario público Mariano Laris Iturbide. Fue diputado federal de 1920 a 1922 y fundador y secretario general de las fundaciones delahuertistas que apoyaban a Adolfo de la Huerta y sostuvieron la candidatura de Rentería Luviano para gobernador. Se casó con Sara Iturbide del Moral con la que procreó 9 hijos en total, de los cuales cinco fallecieron sin nombre y les sobrevivieron 4: Eduardo, francisco, Sara, Francisco Javier, Rosa del Carmen Concepción,  y José todos, de apellido Laris Iturbide.

Por otro lado, está la versión contraria contada por uno de los hijos del personal de la servidumbre de los Laris a quienes conoció en su infancia. Gabriel García los describía como gente buena y comprensiva con sus trabajadores. Uno de los hijos del patrón era tan caprichoso, que solo por diversión le pagaba por el simple hecho de pasar el día cambiando una piedra de un lugar a otro.
Sabemos que una tía de los descendientes de los García actuales fue maestra de la escuela del lugar allá por la década de los años cuarenta del siglo pasado. Ella fue una persona allegada de una u otra forma a los últimos dueños de la hacienda y sin embargo y por el momento, no tenemos el dato de su nombre ni mas conocimiento de ella.

Parte 2
JOSÉ MARÍA ZAVALA, EL CAPATAZ MÁS FIEL DE EDUARDO LARIS, ÚLTIMO DUEÑO DE LA HACIENDA DEL CORTIJO.

Como ya se dijo, José María Zavala fue uno de los tres capataces de la hacienda de Eduardo Laris y su esposa Sara entre los años 1905 y 1915. Realmente los hacendados de nuestra hacienda residían en la ciudad de Morelia y Eduardo se destacó como un reconocido político de ideas progresistas.
Iba por temporadas a visitar sus propiedades acompañado de sus hijos y habitaba la casa vieja que era la más suntuosa del la hacienda. Dominaba desde las habitaciones de sus dos torres gran parte del paisaje de sus tierras y los edificios de su propiedad.
Su capataz José María Zavala fungía también como caballerango y acompañaba los paseos por las tierras de la hacienda a los hijos del señor de nombres Eduardo, Pedro y Vicente, preferentemente hasta los jacales por el camino de la sausería y sus grandes y frondosos árboles. La hacienda tenía, desde tiempos coloniales una capilla que estaba a un lado de un lugar llamado machero en el que existía una fragua y en ella se fundió la espada del capataz y caballerango mencionado.

Con la repartición de las tierras de la hacienda para la formación de las comunidades agrarias por órdenes de Lázaro Cárdenas del Río los Laris debieron irse de forma definitiva. José María Zavala se quedó con lo que quedaba de la hacienda y la fue vendiendo de forma gradual. Una vez lograda la venta casi total, pudo juntar más de un costal de monedas de oro y plata cuya lealtad lo hizo ir a entregarlas a su antiguo amo a la ciudad de Morelia. Este hecho fue, como es obvio, muy mal visto por los pobladores y dueños ya de las tierras de la antigua hacienda ahora como comunidades agrarias: Cortijo Nuevo con las mejores tierras, las de la reciente disecada ciénega y los antiguos allegados de los hacendados formando la comunidad agraria de Emiliano Zapata.
Se casó con la señora Gabriela García cuya unión nacieron sus hijos  que en total, fueron 12: José María, Leonardo, Manuel, Salvador, Jesús, Teresa, Gloria, Consuelo, Soledad, Petra, Rosa María y María Trinidad, todos de apellido Zavala García. Jose María era aún pequeño por lo que no desempeñó labor alguno en la hacienda aunque más grande hizo algunas actividades de carácter social.

Los padres del capataz eran originarios de Cantabria y su recientemente creada hacienda propiedad de los Noriega, desecadores de la ciénega de Zacapu.

MAURILIO JUÁREZ.
Por testimonio oral e información recabada del Sr. Apolinar Jiménez, se sabe que don Maurilio Juárez quien fue padre de Antonio Juárez esposo de Doña Inés que a su vez, fueron abuelos de los Juárez actuales,  fue un hábil artesano en la construcción de las ruedas de madera de carreta y sus ejes de metal. Los señores dueños de la hacienda hacían algo similar a una romería y era la costumbre adornar gran número de carretas tiradas por bueyes adornadas tanto estas como los animales con flores y listones multicolores. Eran llenadas de maíz, producto de la cosecha para llevarlas a presentar a las parcelas. Aunque no sabemos la fecha de esta fiesta, nos hace pensar, dado el tiempo de las cosechas del maíz que era entre los meses de diciembre y enero (Testimonio oral recabado por Nitto Navarrete)

Parte 3

CORTIJO NUEVO, SU GENTE EN LA ÉPOCA COLONIAL.
ESCLAVOS Y DESCENDIENTES DE ESCLAVOS EN NUESTRO PUEBLO.

Nuestro pueblo fue importante después de su fundación con el establecimiento de molino de trigo del hijo del encomendero Juan Infante.
El molino se establece en territorio de Comanja por donación de la corona española para establecimiento de este y se hace la taza en un lugar que al parecer, ya desde antes había tomado como posesión.

Infante trajo esclavos negros de Guinea a nuestra región en el siglo XVI y ocuparon funciones de control de sus propiedades y en sus minas. Estos esclavos negros cometían abusos y despojos a los pueblos indígenas de Comanja y Tiríndaro y hubo pleitos constantes entre negros e indios donde llegó a haber muertes de unos y otros.

Algunos esclavos se escaparon de las tierras de Juan Infante para irse a los alrededores de Cholula y Cuatla y en 1538 Juan Infante se quejó ante el rey de España sobre esto y obtuvo una cédula real para que le entregaran los que pudiera comprobar como de su propiedad.
La familia Infante Samaniego expandió sus propiedades alrededor de la ciénega de Zacapu y las dedicó a la cría de ganado mayor y usó vaqueros negros y mulatos para su cuidado. Los indios se ocupaban del ganado menos u ovejas.

Nuestro pueblo para 1596 tuvo como dueña a Francisca Infante Samaniego y pertenecía a su hacienda de Cortijo de San Juan de la Vega. Sus esclavos negros también se ocupaba de organizar el trabajo de las haciendas de Doña Francisca, pues cabe mencionar que aparte de ser dueña de la Hacienda de Cortijo de san Juan de la Vega y su Molino en el actual Cortijo Nuevo, tenía otras tantas en la región de Zacapu.
Sus esclavos negros de confianza eran Bernabé y María que era esposa de otro esclavo negro de nombre Juan Grande también de su confianza de otra de sus haciendas llamada de Cuyacuero.

Se sabe con certeza que hasta la época de los Laris descendientes de esos esclavos pertenecientes a Francisca Infante, nieta de Juan Infante ejercieron función de control a favor de los hacendados o como auxiliares de los capataces. Sus descendientes son las familias actuales de piel morena de nuestro rancho.

CAPORALES DE LA HACIENDA DEL CORTIJO EN TIEMPOS DE LOS LARIS, ÚLTIMOS HACENDADOS

Ha resultado complicado investigar sobre los caporales de la Hacienda del Cortijo por falta de fuentes bibliográficas, como es obvio. Sin embargo los testimonios orales que yo escuchaba desde niño han mostrado con certeza sobre algunos aunque sin detalles.

Sabemos que uno de ellos fue Evaristo Arévalo cuyos descendientes son los Arévalo actuales. Evaristo fue uno de los caporales de mayor confianza de los Laris, de tal forma que, al igual que Jose María Zavala, quedó también como propietario de una de las edificaciones de la hacienda, quedando así como dueño del edificio que había sido lugar de almacenaje y donde había estado la tienda de raya. Esta edificación, hasta la actualidad, está habitado por sus descendientes.

Evaristo Arévalo, el caporal mas importante de nuestra hacienda llamada a finales del régimen de las haciendas Hacienda del Cortijo tuvo como hijo a Pedro, Jacinto, Teresa y al parecer a una hija mas -a reservas de correcciones posteriores y nuevos datos, todos de apellido Arévalo.

Al igual que el capataz más leal de los hacendados, esto le permitió a Evaristo una relativa buena posición económica, y permitió a sus descendientes la posesión del potrero del que fue dueño Jacinto y del edificio de la tienda de raya por don Pedro. Se explica así también, la posibilidad de adquisición y posesión de una de las compras.

Otro fue el padre de Doña Enedina Farías, esposa de don Ubaldo Díaz de nombre José Guadalupe Farías.
Los descendientes de este caporal fueron: Salud, Enedina y Carmen Farías que nacieron dentro de un matrimonio constituido. Felipe y Alberto Farías fueron hijos fuera de matrimonio pero reconocido por este y Genoveva Acosta, fue hija no reconocida de este caporal.

ALGUNAS CONSIDERACIONES ESPECIALES Y EL PORQUÉ DE LAS PROPIEDADES Y LUGARES DE HABITACION DE LOS ZAVALA ACTUALES, DESCENDIENTES DE JOSÉ MARÍA ZAVANA Y DE LOS DESCENDIENTES DE EVARISTO AREVALO.

• Como vimos arriba, después de la partida de la familia Laris de su Hacienda el Cortijo hacia su lugar de residencia en la ciudad de Morelia, su capataz mas leal se quedó con gran parte de lo que había sido la hacienda, sus edificaciones y sus patios.
• El estatus de poder y económico del capataz le permitió que al final, sus descendientes pudieran comprar relativamente grandes extensiones de tierra llamadas actualmente Compras. Si analizamos este hecho, podremos tener una idea mas clara de los poseedores actuales de las tierras.
• Podemos observar que entre los dueños de las compras estaban José María Zavala y Manuel Zavala.
• Al quedarse con gran parte de los patios de la Hacienda del Cortijo, pasan a manos de su descendencia esas posesiones: Manuel Zavala vivió inmediatamente abajo y pegado a la edificación mas suntuosa de la hacienda llamada ahora, Casa Vieja. El terreno cercano a esta y actualmente ubicado abajo del de Abelino Ambriz fue donde el capataz vivió siempre y fue propiedad de Chema Zavala. Este terreno comprendía desde ese lugar donde muchos vimos una vieja casa de adobe hasta la casa de Ruben Zavala, pasando por la de Juan Zavala y la actual propiedad de Benjamín Banda por ser su esposa nieta del capataz. Quedó como poseedor de la casa donde siempre vivió su descendiente Chema Zavala allá por enfrente de la Familia Reyes .
• Al igual que el capataz mas leal a los Laris, Evaristo Arévalo siendo el caporal mas importante de esta familia también quedó con un estatus económico que le permitió se propietario de una de las compras y se quedó habitando lo que había sido la edificación de almacenaje y donde había estado la tienda de raya de la hacienda que a nuestros días pasó a estar habitada por el abuelo de los actuales Arévalo de nombre Pedro. Evaristo quedó también como dueño de lo que llamamos en la actualidad "el Potrero" que a la postre, pasó a manos de uno de sus descendientes de nombre Jacinto Arévalo.

AGRADECIMIENTO.
Mi más profundo agradecimiento al Sr. Nitto Navarrete por la información obtenida por testimonio oral en lo referente a los capataces de la hacienda de tiempos de la familia Laris. Mi profundo agradecimiento también a la madre de su esposa Rosa Zavala García quien a pesar de su avanzada edad pudo aportar los datos recabados por el Sr. Nitto. Estoy seguro que si no hubiese sido así, esa información se hubiera perdido tarde o temprano de forma definitiva. Gracias por este trabajo conjunto contigo amigo Nitto. Mi especial agradecimiento a Isela Díaz Trujillo por el apoyo a cada momento cuando  necesito despejar alguna duda sobre nombres de pobladores y por el aporte en lo relativo a la genealogía del caporal José Guadalupe Farías y los actuales Zavala, descendientes del capataz mas leal de los Laris. Gracias también a Juan Luis Arévalo, descendiente en tercer grado del caporal Evaristo Arévalo quien nos proporcionó los datos que nos permitieron integrar la genealogía del caporal y comprender de esta forma la estructuración de la propiedad actual de lo que fue la tierra de la hacienda  en la época de la familia Laris.

A MANERA DE PRESENTACIÓN Y CRÉDITOS DEL ARTÍCULO SOCIO HISTÓRICO QUE SE PRESENTA.
La recopilación de los testimonios orales son de Nitto Navarrete y lo relativo a la genealogía vertida aquí es una investigación de Isela Díaz Trujillo. El texto redacción y resto es de la investigación y recopilación de datos y testimonios orales de José Luis García Pineda cuyo seudónimo es Luis de Pineda.